Los móviles perpetuos no son un invento actual. Tan sólo hay que remitirse un poco a la historia.
Hasta Johann Strauss (hijo) le dedicó una de sus composiciones, que podemos escuchar habitualmente en el Concierto de Año Nuevo, todos los días 1 de Enero (que puedo asegurar que es un día que existe en el Calendario), interpretada por la Orquesta Filarmónica de Viena (una Orquesta que casi se dirige sola…).
Una pequeña parte de esta composición ha servido de Intro a una productora cinematográfica, Lauren Films, que muchos vimos en los cines, y que posteriormente ha editado muchos de sus títulos en DVD:
Esta sintonía venía acompañada siempre de la exclamación “¡ya empieza!”.
Los móviles perpetuos no dejan de hacernos pensar en la posibilidad de conseguir energía barata. Tan barata como que es gratis. Aquí tenemos algunos ejemplos que desafían nuestro conocimiento y nunca dejan de sorprendernos por el brete en el que colocan al Primer Principio de la Termodinámica, al aplicar éste a los procesos cíclicos que realizan.
El recipiente de autollenado de Boyle:
La rueda de Bhaskara:
El ventilador de rotación infinita:
La máquina perpetua de John Wilkins:
Gracias, Saúl.